jueves, 7 de mayo de 2009

EL BULLI-SMO


Lejos de la política y la mediocridad se encuentra un fenómeno que no ha dejado indiferente a los que aman la gastronomia de alta y baja escuela. Sin ser solamente comida el genio coronado con ese toque blanche de 18 pulgadas crea sueños dalineanos y los materializa en materia comestible, para experimentar sensaciones, emociones, recuerdos plasmados en un lienzo de porcelana.
Pero no solo el bulli es un restaurante, ni un centro experimental de sabores. Creo que podemos afirmar que se trata del epicentro de un movimiento similar a todas esas corrientes modernistas de principios de siglo donde se redactaban manifiestos que caracterizaban las intenciones de un grupo de visionarios que trasformaban la realidad, utilizando elementos, materiales, ideas, en conceptos diferentes, transgresores, que rompian la monotonia y daban y dan una frescura difernte a algo que se habia institucionalizado como algo habitual e inamovible.
El genio vestido de blanco impoluto trabaja un sueño para materializarlo en un plato y hacerlo suculento para todos los sentidos. La vista trabaja, el olfato trabaja, el gusto trabaja, incluso el tacto trabaja y la mente traduce todo eso en sensaciones nuevas de un recuerdo permanente que todos tenemos de la cocina tradicional.
Entre lo genial y lo absurdo surge lo nuevo, lo sorprendente, fruto de un exaustivo trabajo de investigación vehemente que llena más al intelecto que a los estómagos.
Pero igual que aquellos movimientos artísticos el Bulli tuvo principio y tendrá final. Se acabará y desaparecerá quedando solo el recuerdo de algo que todo aquel que ama la cocina debiera experimentar por ser algo único y diferente a cualquier otra cosa. Hoy es el Bulli, mañana será el Bulli-smo, aunque suene algo extraño igual que su propio ser.

1 comentario:

funcionario dijo...

seguro q pasará de moda... el caso es no pasar hambre..si la manzana hubiese sido una tapita del Bulli... quizás todavía estuviésemos en el Paraíso.

top. ta chulo el escrito