martes, 2 de diciembre de 2008

BARCELÓ Y EL VÓMITO DEL ARTE

Con esta gran obra de nuestro artista de brocha gorda, sobre todo en esta obra, recuperamos algo muy de moda en estos tiempos, la memoria histórica. Así es, debemos remontarnos a los hombres de las cavernas. Tal es así que el mismo autor la califica como una cueva que reúne a los hombres y se mueve hacia el futuro. Miles de kilos de pintura colgando de una cúpula de 1400 m2 que resumen su idea del mundo. Al principio pensé que le habia explotado la cabeza y eran sus sesos los que cogaban, pero no, gracias a Dios solo es pintura. La obra tendrá que esperar para revalorizarse. Su idea es muy buena pero no es original. En este caso la naturaleza tendrá que pedir el copyright y todas las cavernas ponerse en huelga de estalactitas caidas por plagio. Pero bueno en el arte todo vale, todo se puede reinterpretar. El arte no es lo que ves sino lo que te provoca. Por lo tanto todo es arte y hay que aguantarse y disfrutar.
¿Y el coste de esta inmensidad de color, textura, relieve cual vomito febril?. Parece ser que tampoco importa. El propio Desatinos en un despliegue también febril nos dice que es de necios confundir valor y precio, y ante esta frase froidiana y la inmensidad de plastidecor, nos dejan conjelados el cerebro y la única respuesta visual es el terror expresado en los ojos inyectados en sangre.
Con esta obra, dicen los críticos que el autor se pone al mismo nivel que Miguel Angel con la Capilla Sixtina. Pero hay que dar gracias al pintor por que Barceló rechaza comparaciones por respeto a Miguel Angel. Gracias por poner algo de cordura a tu propia locura del color.
El único miedo que tengo es que cuando me falte algo de pintura para dar color al garaje me digan en la tienda que se lo llevó barceló.

Un saludo.

El reydelsuin

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